El proyecto nace asumiendo los límites de la parcela existente, donde la forma curva de la fachada principal tiene mucha fuerza tanto espacial como visual. El proyecto se concibe a partir una rotura interior del sólido resultante, donde los sucesivos paños de la fachada se van plegando sobre si mismos generando un espacio interior quebrado, donde la luz y las sombras son los protagonistas principales, surgiendo un paisaje multiforme de sombras proyectadas. La rotura proyectada nos permite la apertura del edificio hacia el área de uso deportivo próxima.
La fachada principal curva se ha proyectado con un carácter uniforme, donde una piel de fragmentos resultantes de la rotura interior, actuan a modo de tamiz de fibras de la luz natural, al mismo tiempo que potencian la uniformidad visual de la fachada curva.
